martes, 20 de octubre de 2009



Francisco de Goya y Lucientes
























Nació el 30 de marzo de 1746 en Fuendetodos, pueblo a cuarenta y cinco kilómetros al sur de Zaragoza (España). Su biografía es un fiel reflejo de la época atormentada en que le tocó vivir. Goya participó de las ideas más avanzadas de su tiempo. Compartió desde muy pronto las ideas de los ilustrados españoles, que maduró, sobre todo, entre sus amigos aragoneses y madrileños. Durante los primeros años del siglo XIX, evolucionó hacia planteamientos liberales.

  • Durante su primera etapa artística, Goya destaca como pintor religioso, género que practicará con excelencia el resto de su vida. Trabaja en Zaragoza y alrededores, donde deja magníficas obras que muestran de forma incipiente su carácter, su capacidad técnica y su originalidad. Durante esta época, Goya viaja a Italia, para estudiar y dibujar a los clásicos del Renacimiento y el Barroco, faro de la tradición pictórica europea.
  • Desde 1774 se afinca en Madrid. Inicia una rápida carrera como pintor de corte, protegido por su cuñado Francisco Bayeu, excelente pintor del rey. Goya diseña tapices para la Casa Real española. Pero, en seguida, empieza a ganar fama como excelente retratista y pinta a los españoles más importantes, incluida la familia real, y llega a ser Pintor del Rey.

Sin embargo, el genio de Goya no se agotó en la pintura y el retrato. Desde muy pronto, en 1778, demostró interés por las técnicas de grabado, en las que destaca como uno de los mejores grabadores de todos los tiempos.

  • En los años anteriores a la invasión francesa, Goya vuelve al dibujo, emprende sus primeras grandes series de grabados críticos y desarrolla un estilo pictórico absolutamente personal. Desde entonces, Goya libera la fuerza expresiva de su genio. Durante esta época, pinta y dibuja, sobre todo, para su solaz personal. Libre de las concesiones a la moda y a la Academia que exigían los encargos, sorprende con un conjunto de obras de modernidad extraordinaria.
  • Francisco de Goya y Lucientes es, junto con Diego Velázquez y Pablo Ruiz Picasso, uno de los tres grandes pilares del arte español de todos los tiempos.
  • Nació el 30 de marzo de 1746 en Fuendetodos, pueblo a cuarenta y cinco kilómetros al sur de Zaragoza (España). Su biografía es un fiel reflejo de la época atormentada en que le tocó vivir. Goya participó de las ideas más avanzadas de su tiempo. Compartió desde muy pronto las ideas de los ilustrados españoles, que maduró, sobre todo, entre sus amigos aragoneses y madrileños. Durante los primeros años del siglo XIX, evolucionó hacia planteamientos liberales.
  • Durante su primera etapa artística, Goya destaca como pintor religioso, género que practicará con excelencia el resto de su vida. Trabaja en Zaragoza y alrededores, donde deja magníficas obras que muestran de forma incipiente su carácter, su capacidad técnica y su originalidad. Durante esta época, Goya viaja a Italia, para estudiar y dibujar a los clásicos del Renacimiento y el Barroco, faro de la tradición pictórica europea.

Desde 1774 se afinca en Madrid. Inicia una rápida carrera como pintor de corte, protegido por su cuñado Francisco Bayeu, excelente pintor del rey. Goya diseña tapices para la Casa Real española. Pero, en seguida, empieza a ganar fama como excelente retratista y pinta a los españoles más importantes, incluida la familia real, y llega a ser Pintor del Rey.


  • En los años anteriores a la invasión francesa, Goya vuelve al dibujo, emprende sus primeras grandes series de grabados críticos y desarrolla un estilo pictórico absolutamente personal. Desde entonces, Goya libera la fuerza expresiva de su genio. Durante esta época, pinta y dibuja, sobre todo, para su solaz personal.
  • Fusilamiendo del 2 de mayo
  1. Los cuadros del 'El 2 de mayo de 1808 en Madrid: la lucha contra los mamelucos' y 'El 3 de mayo en Madrid: los fusilamientos en la Montaña de Príncipe Pío' son los protagonistas de esta muestra que forma parte de los actos conmemorativos del Bicentenario de la Guerra de la Independencia contra los franceses, y que abarca 25 años de la vida del artista, coincidentes con importantes cambios políticos de la historia de España.
  1. El cuadro representa la ejecución de españoles por las tropas francesas. El pelotón de ejecución tiene la rigidez, la compacidad, la impersonalidad de una máquina de matar.La factura es amplia y pastosa, extendida a trazos con la espátula, sin embargo el efecto de realismo es impactante : el hombre caído en el suelo, en un charco de sangre, con el cráneo deshecho, posee una urgencia trágica que golpea nuestra imaginación como un disparo. Goya no describe, no narra, sino que nos impresiona, graba la imagen en la memoria. El personaje central, con su camisa blanca deslumbrante, con los brazos abiertos y levantados, se transforma en un puro grito plástico. Este lienzo intenta comunicar el grito, la desesperación y la brutalidad.













Saturno devorando a sus hijos
  • Historia: Según la mitología, el dios Saturno o Cronos debía eliminar a todos sus hijos para evitar que lo destronaran. Así, cuando nacían de su mujer, Rea, él directamente se los comía.
  • Simbolismo: La pintura es una de sus pinturas negras, que colocó en su casa, la Quinta del Sordo, en la planta baja. Se trata de pinturas oscuras, realizadas originalmente con la técnica de óleo a secco, es decir, en la pared; posteriormente pasadas a lienzo. Se trata de una pintura muy desgarradora, que simboliza el paso del tiempo ya que Cronos o Saturno era el dios del tiempo. Así, el tiempo nos devora inexorablemente y de forma cruel, algo que atormentaba al pintor.
  • Sangre: Se trata de una pintura muy cruel, llena de dramatismo, sobre todo visto en dos puntos: la boca del dios desgarrando la carne de su propio hijo y la mancha de color representado la sangre. Esta última es verdaderamente desconcertante, ya que es una simple mancha, sin dibujo, resaltando el carácter espontáneo.
  • Monstruoso: Goya representa al dios como un verdadero monstruo, con unos ojos saltones y atormentados, locos de ira. Así, representa al tiempo como un animal inexplicable que nos devora. Sería una imagen del tiempo melancólica por parte de Goya, que ya mayor, representa su nostalgia del tiempo pasado.
  • Estilo: De fondo negro, nos representa de cuerpo entero a un personaje desdibujado, cuya deformidad es evidente y que produce mucho más dramatismo en la escena. Así, otro elemento que representa dicha crueldad es que apenas es dibujo, sino una simple mancha que sale de la nada oscura.

















La carga de los mamelucos

Es un óleo sobre lienzo que Francisco de Goya pintó en el año 1814, junto a “Los fusilamientos de la Moncloa”, una vez concluida la Guerra de la Independencia española, según apuntes tomados durante esos mismos años o relatos de los que lo presenciaron (parece probado que Goya no asistió al levantamiento popular). La guerra supuso una gran conmoción para un ilustrado como el pintor, que la abomina, y dejó huella en su obra tanto gracias a estos dos cuadros de gran formato (268 cm.por 347 cm. mide éste), como a través de la serie de grabados de los “Desastres de la guerra”.














EL COLOSO

Esta obra aparentemente se encuentra en el inventario de cuadros que se repartieron entre Goya y su único hijo Javier, con motivo de la división de bienes a la muerte de Josefa Bayeu, esposa del primero y madre del segundo, en 1812. Más tarde pasó a la colección de Pedro Fernández Durán, quien la legó al Prado junto con una extensa donación en 1930, ingresando en el museo al año siguiente.




















MARQUESA DE SANTA CRUZ

El retrato de Joaquina Téllez-Girón y Pimentel (1784-1851), segunda hija de los novenos duques de Osuna y, por su matrimonio con José Gabriel de Silva y Walstein en 1801, X marquesa de Santa Cruz, fue una de las mujeres más admiradas en su tiempo por su belleza, según las referencias contemporáneas, y amiga de poetas y literatos. Goya la había conocido de niña y había sido retratada ya por él, junto con el resto de su familia, en el Retrato de los duques de Osuna y sus hijos (Museo del Prado).













FELIX DE AZARA

Félix de Azara y Perera (Barbuñales, Huesca, 1742-1821) es, sin duda, ejemplo de militar ilustrado y uno de los aragoneses universales. Ingeniero militar, después de dirigir la construcción de algunas fortificaciones en Figueras y Mallorca y de participar en la expedición contra Argel de 1775, en la que cayó gravemente herido, en 1780 ascendió a teniente coronel y fue destinado a San Sebastián. En 1781 recibió la orden de trasladarse al Río de la Plata, con el nombramiento de capitán de fragata, para marcar los límites de la frontera entre los dominios de España y Portugal en el Paraguay y la colonia de Sacramento, a fin de hacer efectivo lo acordado en el Acta del Pardo de 1778.



















MARQUESA DE VILLAFRANCA

María Tomasa de Palafox (Madrid, 1780-1835) perteneció a una importante y acaudalada familia de la alta aristocracia, los Montijo, del linaje Palafox, de raigambre aragonesa. Recibió una magnífica educación, inusual para una mujer de su época, dirigida por su madre María Francisca de Sales Portocarrero, condesa de Montijo, una de las grandes ilustradas de su época, admiradora del arte de Goya, presidenta de la Junta de Damas de la Real Sociedad Económica Matritense (1787-1805), intelectual filojansenista, reformadora de las cárceles para mujeres y de las inclusas, casada en segundas nupcias con Estanislao de Lugo, director desde 1793 de los Reales Estudios de San Isidro de Madrid, el centro de enseñanza media más importante de la Península. En ese ambiente culto y muy refinado, no siempre parejo de la alta aristocracia, María Tomasa destacó como pintora, pose elegida por la aristócrata para ser retratada por Goya en 1804. Esa peculiar iconografía ya fue empleada de forma convencional por su cuñado Francisco Bayeu en el retrato de la aragonesa Mariana de Urriés y Pignatelli, condesa de Estepa. Las mujeres pintoras pertenecientes a las aristocracia española fueron varias y algunas recibieron altas recompensaS honorificas.



















Joaquina Candado Ricarte

Esta atractiva dama debe ser identificada definitivamente con la zaragozana Joaquina Candado, hija del militar Joaquín Candao (sic), afincado en la parroquia de San Felipe, en la calle de los Gigantes (por los de la Audiencia, noble edificio vecino, en aquella época sede de la Capitanía General de Aragón), céntrica vía, bocacalle del Coso, la gran arteria de la Zaragoza del Setecientos. Muerto D. Joaquín el 28 de agosto de 1787 (tomo 72 de Difuntos de la parroquia de San Felipe de Zaragoza), la viuda, Josefa Ricarte, de probable ascendencia levantina, bien pudo emigrar con su hija a Valencia, ciudad donde reaparece este hermoso lienzo, donado por la Candado en 1819 a la Academia de San Carlos. Este gesto habla por sí mismo de la alta estima que tuvieron por el cuadro tanto su propietaria como la institución recipiendaria, máxime teniendo en cuenta que Goya todavía vivía.



















Conde de Fernán Núñez



Es éste, sin duda, uno de los retratos más efectistas y espectaculares de los pintados por Goya. El personaje representado es Carlos Gutiérrez de los Ríos y Sotomayor, nacido en Lisboa el día 3 de enero de 1779, hijo del VI conde de Fernán Núñez, Carlos, y de María de la Esclavitud Sarmiento de Sotomayor. Murió a los 43 años de edad a causa de una caída de caballo, dejando tras de sí una compleja y apasionada biografía, tanto privada como pública.